Mensaje de bienvenida

Hola a todos/as, os doy la bienvenida a mi blog que espero que os guste.

Es el primero que hago y el tema que elegí fue el de la Adolescencia porque pienso que es un tema muy importante ya que el día de mañana, cuando seamos Educadores Sociales, entre otros alumnos, tendremos a jóvenes y adolescentes con problemas de integración social y con las ideas un poco desordenadas.

Os invito a participar en él aportando comentarios y opiniones para que entre todos podamos sacar conclusiones e ideas.

¡¡Un saludo!!
Cynthia


miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Rebeldía

Un desenfadado estudiante, rellenaba el cuestionario de un test de personalidad que les hacían en el colegio. Una de las preguntas le interrogaba sobre qué entendía que les estaba sucediendo a los jóvenes que, como él, atravesaban esa tormentosa etapa de su vida que es la adolescencia. la respuesta fue: "La pubertad es una enfermedad que pasan los padres cuando sus hijos llegan a los catorce o quince años".
No entrar al choque
Unos padres ingenuos y asustadizos -como quizá debieran ser los del alumno protagonista de aquella anécdota- probablemente se empeñen entonces en imponer una autoridad a ultranza, o dar gritos.
Ante esta situación, estos padres -que apenas han hablado con él en los años anteriores- pretenden introducirse en la vida de su hijo, precisamente cuando él trata de cerrarse. Tienen que comprender que a estas alturas les será más difícil franquear la barrera de su intimidad.
Si se han descuidado en los años anteriores y tienen poca confianza con sus hijos, el problema tiene remedio, pero será más difícil.
El tiempo pasa
Es probable que el chico dijera que la adolescencia es más bien cosa de los padres, porque muchos padres no se hacen cargo de que su hijo ha crecido y tienen por tanto que tratarle ya de distinta manera, y no pretender que siga obrando como en la infancia.
El adolescente tiende a vivir apasionadamente todo. Por eso es fundamental saber discernir las potencialidades positivas que eso tiene, con objeto de encauzar toda esa fuente de energía.
Inconformismo positivo
Hay que inculcar en los hijos un inconformismo natural ante lo mediocre, porque resulta incomparablemente mayor el número de chicos y chicas que se acaban deslizando por la pendiente de la mediocridad que por la del mal.
La mediocridad es una enfermedad sin dolores, sin apenas síntomas visibles. Los mediocres parecen, si no felices, al menos tranquilos. Suelen presumir de la sencilla filosofía con que se toman la vida, y les resulta difícil darse cuenta de que consumen tontamente su existencia. Todos tenemos que hacer un esfuerzo para salir de la vulgaridad y no regresar a ella de nuevo.
Porque, además, como dice el clásico castellano: "No hay quien mal su tiempo emplee, que el tiempo no le castigue". La vida está llena de alternativas. Vivir es apostar y mantener la apuesta. Apostar y retirarse al primer contratiempo sería morir por adelantado.

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